Época Medieval
Contexto histórico
Nombre: ___________________________ Sección: _________
Fecha: ________
Instrucciones: Lea,
subraye para clasificar las ideas principales y secundarias.
La Edad media es el
período comprendido entre el 476, año de
la caída del Imperio romano de Occidente, y el 1453, año en que Constantinopla,
capital del Impero romana de Oriente, se rindió ante los turcos.
Para facilitar su
estudio, la Edad media se divide en tres etapas:
Temprana
Edad media
(476-siglo IX): Los germanos
asimilaron la cultura de los vencidos e instauraron lo que se conoce como
reinos romano-germánicos. En el siglo VII, los musulmanes ocuparon la Península
Ibérica e intentaron penetrar el resto de Europa; sin embargo, se encontraron
con la oposición de los francos que los obligaron a retroceder. Después de
esto, Carlo Magno instauró un vasto reino: El Sacro imperio Romano-germánico,
que salvaguardó a la cristiandad de la amenaza mahometana.
Alta
Edad media
(siglo IX-primera mitad del siglo XIII):
Carlo Magno murió en 814 y sus descendientes, no pudieron mantener la
unidad del Imperio. Por lo que la nobleza asumió la defensa armada de su propio
territorio y de todas aquellas poblaciones que invocaban su protección. De esta manera nació el sistema feudal. Otro
rasgo característico de esta etapa lo representan las Cruzadas, suceso que
inició en 1095 cuando el papa Urbano II convocó a la cristiandad a luchar contra
los infieles que habían tomado el Santo Sepulcro y amenazaban conquistar Constantinopla, bastión oriental de la fe
cristiana. En total se emprendieron ocho cruzadas, siete en la Alta Edad media
y la última en 1270.
Baja
Edad media (segunda mitad del siglo XIII – siglo XV): frente al
poder feudal, la monarquía se alió con los burgos, poblados surgidos al amparo
del comercio y de la manufactura de bienes. Los burgueses, con el transcurso del
tiempo, adquirieron un gran poder económico; por el contrario, la nobleza
feudal se hallaba cada vez más debilitada y empobrecida. Como consecuencia, se
estableció un nuevo orden social, pues el feudo autónomo ya no era el centro de
las actividades, su lugar lo ocupaba la ciudad. Esto trajo otros problemas:
desabasto de alimentos por la deficiencia en el transporte y en la
distribución, terribles hambrunas provocadas por las inclemencias del tiempo y
por el abandono de los campos, epidemias que, ocasionadas por la insalubridad y
por el hacinamiento en las ciudades, diezmaban a la población.
La alianza entre el monarca y los burgueses
trajo beneficios a ambas partes: el rey protegía a los mercaderes a cambio de
impuestos que fortalecían el tesoro real. De esta manera los monarcas pudieron
contratar ejércitos mercenarios para someter
a la rebelde nobleza y para defender su territorio que, con el paso del
tiempo y con la delimitación de fronteras, conformó el panorama geográfico de
la Europa moderna.
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